Concibió a un hijo por obra del Espíritu Santo
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. (Mateo 1, 18)
- Por nueve meses María, la madre, albergó en su seno al Hijo de Dios. Lo hizo en silencio, con ilusión, sabiendo que el Redentor ya estaba en el mundo y que pronto nacería.
- La espera del Adviento es tiempo rico en gracias porque me prepara, como a María, a recibir una vez más a nuestro Salvador en mi corazón.
- El nacimiento de Jesús es también el mío a la gracia, porque cada vez que la recibo, ésta me transforma haciéndome más dócil, más atento, más receptivo a todo lo que viene de Dios.
- Jesús, Hijo de Dios y de María, me invita hoy a dejarme transformar por el Espíritu Santo. Quiere hacerme su instrumento para llevar esperanza a mis hermanos.
- Escucho y recibo su invitación. Voy con alegría y esperanza a vivir plenamente la celebración de la Navidad.