La Comunión de los Santos
Por la paz, que es vínculo espiritual, podemos estar más unidos entre nosotros y con Dios para alcanzar la unión definitiva en la Vida Eterna en el goce y la beatitud. Para poder mantener viva esta llama es necesaria la oración cualquiera sea su forma. Cuando por ella las almas se ofrecen por otros, esta oración se convierte en una fuerza de intercesión que nos aúna con todos nuestros hermanos. En la Comunión de los Santos se da magníficamente esta unidad por el amor y la oración de unos por otros. Este vínculo espiritual nos mantiene unidos a los que están ante la visión de Dios y a los que aún esperan esa dicha, y entre nosotros que anhelamos y aspiramos a los bienes eternos. Como Iglesia vivimos el amor que se da constantemente y se comunica. No podríamos ser Iglesia si no fuéramos miembros de este Cuerpo unidos en Cristo. El amor se da y pasa como por venas por este Cuerpo Místico y nos va transmitiendo la vida que es la gracia santificante. En esta comunión vamos caminando hacia la unión definitiva con Dios: todos en el Todo.
Del libro "Por los Sagrados Corazones a la Entrega Total" escrito por Patricia Grinenco
