¡Jesús ha resucitado!
Vivir la resurrección es aprender a resucitar nosotros mismos a la vida de la gracia cada día permaneciendo en la espera de la resurrección final en la vida eterna. Nuestra resurrección consiste en conocer y comprender cada vez más el obrar de Dios en nosotros mientras vamos de camino. Toda la gracia que recibimos estará siempre asociada a la resurrección de Cristo. Es por ella que podemos dar verdadero fruto de redención para nosotros y para los demás. ¿Cómo? Viviendo esencialmente sostenidos de la fe, la esperanza y la caridad. La fe de que él ya nos salvó y que la salvación es para todos. La esperanza que nos anima a pasar por pruebas y dolores esperando el triunfo definitivo de la cruz gloriosa. El amor porque nos hace semejantes a Dios, por él realizamos toda nuestra vida en sintonía con lo que Jesús nos enseñó. Se trata entonces de vivir con la confianza de saber que él nos amó hasta la muerte.