Oración continua por los que no creen
Cada vez que un alma recibe gracia, recibe el impulso que viene de Dios para ayudarla en su camino de fe. Es así importante vivir en la obediencia a Dios para que la gracia venga a los corazones abiertos y bien dispuestos. Porque para que las obras de Dios se realicen es necesaria la fe. Pero, ¿qué pasa cuando un alma no es creyente? La respuesta es esta: la gracia obra siempre a menos que el corazón se cierre voluntariamente. Solo cuando le dice a Dios que no quiere su ayuda, que quiere buscar por sí mismo los caminos para su propia realización, la gracia se retira, pero jamás se aleja mientras aún haya posibilidad de que esa alma vuelva su mirada hacia Dios. De manera que es importante orar mucho por los hermanos que están lejos de Dios. La oración continua a favor de estas almas es un medio muy eficaz para que el Señor pueda obrar en ellos.