ORACIÓN A MARÍA MADRE DE LOS PEREGRINOS
María, tú has querido ser nuestra compañera en este camino de la entrega que vivimos cada día. Te tomamos como nuestra Madre de los peregrinos para que vayas siempre adelante nuestro abriéndonos el camino, señalándonos la meta y dándonos ejemplo de amor que se dona y se ofrece.
Nos confiamos a ti, dulce Madre nuestra, porque sabemos que por ti el camino es seguro y vislumbramos la meta sin temor. Afiánzanos cada día en nuestro compromiso de amor y de ofrenda para que podamos ser instrumentos tuyos y servir en la causa de la salvación de las almas. Amén.
“Asociada por un vínculo estrecho e indisoluble a los misterios de la Encarnación y de la Redención creemos que la Santísima Madre de Dios, nueva Eva, Madre de la Iglesia, continúa en el cielo su misión maternal para con los miembros de Cristo, cooperando al nacimiento y al desarrollo de la vida divina en las almas de los redimidos». (Credo de Pablo VI, n.15)
REFLEXIÓN
María es y ha sido desde hace siglos asociada a la obra salvadora de su Hijo, por eso muchos la consideran corredentora con Jesús. Ella es también medianera de todas las gracias y se la llama la omnipotencia suplicante. María nos acompaña en nuestro diario caminar hacia la vida eterna y nos enseña, como peregrinos, a ofrecerlo todo por la salvación de las almas. Por eso, María es Madre de las almas que caminan la senda de la entrega y de la ofrenda, colaborando en la redención de todos los hermanos. Madre de todos los peregrinos que con sus vidas ofrecidas interceden junto a ella ante Jesús por la redención del mundo.
MIRADA INTERIOR
Yo también estoy siendo llamado a colaborar en la redención de las almas. Mirando a María, ¿siento el latido de su Corazón bendito llamándome a unirme a ella en esta misión?
INTENCIÓN
En este noveno y último día de la novena, me uno a María pidiéndole que me ayude a responder a todo lo que su divino Hijo quiera de mí.
ORACIÓN
Padre mío, ayúdame a vencer toda aprehensión y temor. Toma mi corazón que hoy se entrega a ti. Quiero amar y vivir en tu voluntad cada día. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.