CONSAGRACIÓN
Sagrado Corazón de Jesús, hoy consagro mi pequeño corazón a ti para que por medio de la ofrenda de cada día y de toda mi vida, viva unido a ti por el amor a Dios y a mis hermanos. Quiero hacer de mi vida una ofrenda permanente. Cúmplase tu voluntad. Amén.
“¡A aquel que es capaz de hacer infinitamente más de lo que podamos pedir o pensar, por el poder que obra en nosotros, a él sea la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, por todas las generaciones y para siempre! Amén”. (Efesios 3, 20-21)
REFLEXIÓN
La vida de gracia está unida íntimamente al amor que Jesús nos confiere por sus méritos infinitos. Ese amor es poderoso y obra en nosotros cada vez que nos entregamos sin reservas. Nos convertimos así -en virtud de esta entrega amorosa- en medio eficaz para que otros también reciban.
EXAMEN
¿Puedo concebir que, por medio de mi pequeña entrega de cada día el Divino Corazón de Jesús, todo lo puede hacer para bien, alegría y consuelo mío y de los demás?
INTENCIÓN
Quiero hacer de mi vida una verdadera entrega de amor y así vivir el amor que el Corazón de Cristo deposita en mi corazón para mi propia santificación y la de todos mis hermanos.
ORACIÓN
Sagrado Corazón de Jesús, recibe la entrega de mi pequeña vida y conviérteme en instrumento tuyo para que tu amor me llene y llegue a todos los que más necesitan de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.