Antes que la palabra esté en mi lengua, tú, Señor, la conoces plenamente; me rodeas por detrás y por delante, y tienes puesta tu mano sobre mí. (Salmo 139,4-5)
Oración de abandono
Dios Eterno, me abandono en este día a ti para que seas tú el Hacedor de toda mi vida. No deseo otra cosa que vivir lo que tú quieras y hacer tu divina voluntad. Que mi alma se eleve, oh Dios mío, y sea tomada por tu Divina Bondad y llevada a la realización plena de tus designios. Me abandono hoy para siempre en tus manos. Amén.
Reflexión
Como el niño pone su manito en la de su padre, así estamos llamados a sostenernos de nuestro Padre del Cielo. Con la confianza de un infante, dejémonos guiar y llevar por los caminos de su santa voluntad. Nada puede perturbarnos si vamos hacia adelante en nuestro camino de entrega llevados por nuestro Dios que viene a nosotros en todo momento para conducirnos y sostenernos.
Intención
Hoy, próximos a finalizar nuestra Novena, le pedimos al Padre Eterno que nos proteja y nos dé todas las gracias que necesitamos para perseverar en nuestro camino de entrega que nos va llevando cada día al abandono a su divina voluntad.
Termino el octavo día rezando el Padre Nuestro, el Avemaría y el Gloria.