Señor Jesús, a partir de hoy toma en tus manos mi pequeña vida. Te la ofrezco en este día especialmente. Quiero que te sirvas de mí, que pueda conocer lo que quieres y esperas de mí. Aquí estoy para amarte y, amándote, servirte con fidelidad. Amén.
Jesús mío, dispón de mí en todo porque quiero ser tuyo. Que mi vida entera sea un servicio al amor por la salvación del mundo entero. Amén.
Jesús mío, me entrego a ti. Obra en mí como quieras. Yo me abandono en ti para que seas tú el hacedor de toda mi vida. Confío en ti más que en mí mismo y que en ninguna otra cosa. Te amo y a ti me ofrezco. Amén.
Jesús mío, pongo en tus manos toda mi vida. Sírvete de mí como te serviste de los apóstoles y de todos cuantos te han amado y obedecido. Amén.
Jesús, para siempre te lo entrego (…) y no volveré atrás en lo que ahora te he entregado y ofrecido. Amén.
Oh, Jesús, por tus infinitos méritos, por todos los dolores que soportaste durante tu pasión, te pido que me liberes de todo temor y aprensión. Te lo pido por el inmenso amor que me tienes y por los dolores de tu Madre. Te lo confío todo, te lo entrego todo. Dame tu paz. Amén.
Mi Jesús, estoy decidido y determinado a hacer tu divina voluntad en mi vida dejando de lado mis gustos y pareceres, mis temores y aprensiones. Creo, confío, te amo y me entrego completamente a ti. Amén.
Hoy Señor Jesús me comprometo de todo corazón a ser tuyo, amándolo todo en ti. Amén.
Señor, todo te lo confío. Me confío a mí mismo a ti para que me ayudes a sobreponerme a toda ansiedad y temor. Amén.
Después de entregarse al Corazón de Jesús decir:
Jesús mío, soy ahora todo tuyo. Obra en mí como te plazca. Te entrego este día con todo lo que haya y suceda hoy. Te entrego todo lo que vivo, mis pensamientos, deseos y sentimientos. Tómame para ti y santifica mi día. Amén.
Corazón de mi Jesús, hoy quiero reparar todas mis faltas y pecados pasados y todas mis faltas y pecados actuales. Lo hago ofreciendo tus dolores y tu sangre al Padre y también los dolores y lágrimas de tu Madre. Amén.