EL QUE COME MI CARNE Y BEBE MI SANGRE PERMANECE EN MÍ Y YO EN ÉL"
PROPUESTA
CRONOGRAMA
9:45 ..................... LLEGADA
10:00 ................... GUÍA Y REFLEXIÓN
10:30-12:30 .......... SILENCIO Y DESIERTO
12:30-13:30 .......... ALMUERZO EN SILENCIO
13:30-15:00 .......... COMPARTIDA
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que Yo daré es mi carne para la vida del mundo.
Los judíos discutían entre si, diciendo: “¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?”. Jesús les respondió: “Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre no tendrán vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y Yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en Mí y Yo en él”.
(Juan 6, 51-56)
Breve desarrollo del tema:
Jesús, que sabía que debía morir, quiso quedarse Él mismo como alimento necesario para nuestra salvación. Porque, ¿de qué otra manera podríamos nosotros sostenernos en la fe, la esperanza y la caridad sino permaneciendo en Él, que es nuestra Vida? ¿Y de qué manera podríamos estar en Él sin desfallecer sino comiendo de su propia Carne y bebiendo su Sangre? Porque comunión es unión íntima, y al recibirlo en la Eucaristía nos estamos haciendo una misma cosa con Él: íntima comunión con Cristo.
La vida del cristiano implica un permanecer en Cristo, porque nos comunica la Vida que es la gracia santificante que nos prepara para el encuentro definitivo en el Reino.
Contemplemos lo que nos dice el Evangelio:
Yo soy el pan vivo
El que coma de este pan
Vivirá eternamente
Es mi carne
Tiene Vida Eterna
Yo lo resucitaré en el último día
Permanece en mí y yo en él
Preguntas para una mejor reflexión:
Jesús nos asegura que al recibirlo en la Eucaristía ya tenemos la Vida Eterna en nosotros, ¿puedo concebir que verdaderamente el Reino de Dios me habita cada vez que lo recibo?
¿Qué es para mí permanecer en Jesús?
¿Recuerdo haber sentido íntimamente esta presencia real de Jesús en mí?
¿Qué cosas me ayudan a vivir en la presencia de Dios?
¿En qué cosas especialmente experimento la gracia santificante?
Consigna:
Dejo a Jesús venir a mí y me abro a un diálogo franco y abierto con Él.