El Espíritu Santo nos llama al encuentro con Dios a través de las cosas que diariamente vivimos. Él quiere instruirnos en los caminos de Dios y para eso nos enseña a amar. El amor que nos da es Él mismo, por eso nos hace capaces de Dios, capaces de recibirlo todo de Él. Por medio de su Gracia, el Infinito Amor de Dios, viene a nosotros con sus dones, regalos del Altísimo para que vivamos santamente conforme es su Divina Voluntad. El Amor no nos exige nada, sólo quiere nuestra disponibilidad a su Gracia por medio de nuestra entrega confiada.
En este taller, vivimos la experiencia de conocer y comprender el inmenso don que se nos da cada día por medio del Espíritu Santo. Lo hacemos recorriendo las Escrituras. Él nos invita a comprenderlo y amarlo para poder entrar en su intimidad. Y así obtener de Él los inmensos tesoros de gracia con que el mismo Dios nos privilegia a cada uno mientras vivimos.
Son 32 encuentros que se comparten a lo largo del año. A modo de ejemplo, a continuación te compartimos uno de ellos.
Encuentro 6
Por el Espíritu Santo obtenemos sabiduría
Al reflexionar sobre estas cosas, y considerando en mi corazón que en la familiaridad con la Sabiduría está la inmortalidad, en su amistad, un gozo honesto, en los trabajos de sus manos, inagotables riquezas, en su trato asiduo, la prudencia, y en la comunicación con ella, la celebridad, yo iba por todas partes, tratando de poseerla. (Sabiduría 8, 17-18)
Qué nos dice el texto:
Este texto nos habla de la Sabiduría como don de Dios que nos ayuda a realizar nuestra vida plena y felizmente, y alcanzar la Vida Eterna. El trato con Ella es gozoso y las riquezas que nos ofrece – “por medio del trabajo de sus manos”- no tienen límite porque no se agotan cuando se dan, sino que crecen constantemente de manera que nunca se termina de recibirlas. Así obra el Espíritu Santo en nosotros. Por eso, quien obtiene de Dios este don no cesa de desearlo para poseerlo plenamente.
Contemplemos la obra de Dios:
Dios, por medio de su Espíritu, se nos da a Sí mismo para que nuestro trato con Él sea siempre cercano, familiar. Es a esta intimidad que el Espíritu Santo nos invita. Por su cercanía recibimos los dones, comprendemos lo que nos pasa, sabemos lo que la Voluntad de Dios dispone para nosotros. En una palabra, el Amor de Dios viene como amigo y, si confiamos, realiza sus obras transformadoras en nosotros. Quien experimenta esta intimidad la busca en todo momento.
Preguntas para una mejor comprensión:
Que “la Sabiduría venga a nosotros” significa que se está dando a mí siempre. ¿Me doy cuenta que no necesito de grandes esfuerzos para tener al Espíritu en mí?
Toda intimidad con Dios es gozosa, ¿por qué tardo tanto en entregarme?
El Espíritu Santo viene para darme, ¿cómo creo que me hago capaz de recibir sus dones?