-Te adoramos Cristo...
FORTALEZCAN LOS BRAZOS DÉBILES, ROBUSTEZCAN LAS RODILLAS VACILANTES; DIGAN A LOS QUE ESTÁN DESALENTADOS: “¡SEAN FUERTES, NO TEMAN: ¡AHÍ ESTÁ SU DIOS! LLEGA LA VENGANZA, LA REPRESALIA DE DIOS: ÉL MISMO VIENE A SALVARLOS. (Isaías 35, 3)
Oh mi Jesús, nuevamente te desplomas y caes en tierra. Te contemplo exhausto y desfallecido por el camino. El peso que has soportado te ha aplastado y ya casi no puedes levantarte por tus propios medios. Tu Corazón agitado experimenta ya la agonía. Estás por morir, mas haces un nuevo esfuerzo para seguir adelante. Quiero contemplarte y reconocerte en este momento en el esplendor de tu excelsa Gloria a la cual serás elevado por el Padre.
No obstante, la crueldad de los unos y las afrentas de los otros, del abandono de los tuyos y de la indiferencia de muchos, mi Jesús te abrazas a la voluntad del Padre y te levantas para seguir tu camino hasta la muerte. Oh Señor, que tanto dolor no sea en vano. ¡Vamos hacia delante, que falta poco! ¡No dejes de seguir, no dejes de salvarnos!
Padre Amado, para vivir como tú lo quieres solo necesitamos seguir tus caminos, abrir nuestro corazón para recibir de ti todas las gracias que tienes para darnos y comunicar tu amor a los demás. No tengas en cuenta nuestra pobreza sino mira nuestro deseo de servirte en la fidelidad y en el amor dado. Concédenos que, en nuestra pequeñez y debilidad, podamos ver tu infinita gracia que obra en nosotros y en nuestros hermanos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.