-Te adoramos Cristo...
ESTA ES LA ALIANZA QUE ESTABLECERÉ CON LA CASA DE ISRAEL, DESPUÉS DE AQUELLOS DÍAS –ORÁCULO DEL SEÑOR-: PONDRÉ MI LEY DENTRO DE ELLOS, Y LA ESCRIBIRÉ EN SUS CORAZONES; YO SERÉ SU DIOS Y ELLOS SERÁN MI PUEBLO. (Jeremías 31, 33)
Mi Salvador, cómo no morir de amor por ti al ver que eres descendido de la cruz exánime. Cuánto amor derrochado, cuántas lágrimas surcaron tus mejillas, cuánta sangre derramada de tus heridas y de tu costado. ¿Y yo? ¿Voy a permanecer imperturbable ante la visión de todo un Dios que muere por mí?
Jesús, que no cese en mí el deseo de servirte por medio de mi propia entrega a favor de todos mis hermanos. Que todos te conozcan, que todos te amen: que ese sea mi anhelo más grande para que todos, sin excepción, podamos alcanzar para siempre la felicidad eterna. Que nada se pierda de todo lo que con tanto dolor nos has conseguido. Ven Señor Jesús. Ven Señor Jesús.
Padre Santo, que la contemplación del Misterio de la Cruz nos haga comprender que solo el amor nos salva. Pon en nosotros entrañas de misericordia para que, a ejemplo de nuestro Salvador, también nosotros podamos servirte en nuestros hermanos. Enciende nuestros corazones de un gran amor para que seamos tus testigos en el mundo todos los días de nuestra vida. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.