INTRODUCCIÓN
Cuando volvemos la mirada hacia nuestro Dios recibimos de él la gracia que nos ilumina para que podamos comprender cuán cerca está de nosotros y cómo nos sostiene en nuestro diario caminar. De esta manera vamos entregándonos a su divina voluntad para dejarnos transformar a fin de que día a día nos confiemos más en sus manos para llegar a abandonarnos a su divino querer. Una súplica, un pedido, una entrega y una ofrenda bastan para que el Espíritu Santo venga a darnos la fuerza necesaria para seguir adelante, sabiendo que nos sostiene y que todo lo que vivimos tiene sentido ya que nuestra vida se convierte en medio de salvación de otros. Por esta disposición de la entrega caminamos por la senda del abandono. Paulatinamente el Espíritu va encendiendo en nosotros deseos más grandes de entrega para llevarnos a la ofrenda por todos nuestros hermanos.
Vayamos confiados durante estos nueve días dejando que sea el Espíritu Santo el que nos guíe. Dejémonos conducir por él para que nuestro corazón se afiance en la confianza de que en él todo es posible. En el transcurso de estos días iremos recibiendo las gracias que nos llevarán a un mayor abandono en los brazos de nuestro Eterno Dios.
PRIMER DÍA ENTREGO TODO LO QUE SOY Y TODO LO QUE VIVO
Grábame como un sello sobre tu corazón, como un sello en tu brazo, porque el Amor es fuerte como la Muerte. (Cantar de los Cantares 8,6).
SEGUNDO DÍA OFREZCO TODO LO QUE NO PUEDO HACER
Él se despertó e increpó al viento y a las olas; estas se apaciguaron y sobrevino una gran calma. (Lucas 8,24).
TERCER DÍA DESCANSO SABIENDO QUE DIOS TODO LO HACE EN MÍ
No te prives de un día agradable ni desaproveches tu parte de gozo legítimo. (Eclesiástico 14,14).
CUARTO DÍA AFIANZO MI FE CREYENDO FIRMEMENTE QUE TODO LO RECIBO DEL AMOR DE DIOS
El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos. (Salmo 85,13).
QUINTO DÍA ME ENTREGO A LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
Traten de saber cuál es la voluntad del Señor. Llénense del Espíritu Santo. (Efesios 5,17-18).
SEXTO DÍA ACEPTO CON DOCILIDAD LO QUE DIOS ME PIDE
Nosotros obramos con integridad, con inteligencia, con paciencia, con benignidad, con docilidad al Espíritu Santo. (2 Corintios 6,6).
SÉPTIMO DÍA DIOS MÍO EN TI CONFÍO
Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío. (Salmo 91,1).
OCTAVO DÍA ME TOMO DE TU MANO
Antes que la palabra esté en mi lengua, tú, Señor, la conoces plenamente; me rodeas por detrás y por delante, y tienes puesta tu mano sobre mí. (Salmo 139,4-5)
NOVENO DÍA ME ABANDONO A TI
“Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?”. (Marcos 15,34)